Un prestigioso juez se siente culpable porque su hija, a quien abandonó, va a ser juzgada y probablemente condenada a la pena capital por la muerte de su bebé.
En 1919 Dreyer ("Dies irae", "Gertrud", "Vampyr") realizó esta sensible, profunda y hermosa película. Es demasiado brusca en sus analepsis -se trata de su primer film-, pero aparte de eso es una cinta que merece mayor reconocimiento.