Tras escribir en mi anterior entrada "Proust, Cocteau, inevitablemente debía cerrar el círculo con Jean Genet" pensé que podía haberme olvidado de André Gide. Después de leer esta novela suya, constato que su relación -la de la novela, no la de Gide o el resto de su obra- con los anteriormente mencionados es prácticamente nula.
Un francmasón de familia religiosa se vuelve repentinamente el más fervoroso de los fieles tras una milagrosa curación. Su cuñado, un escritor noble, ante las malas críticas a su obra se percata de lo insustancial que es su obra...y su existencia. Además, su anciano padre le comunica que tiene un hermanastro, un curioso joven de grandes habilidades. Paralelamente, una banda de astutos timadores engañan a ricos católicos diciéndoles que el Papa ha sido suplantado y que necesitan dinero.
Libro repleto de ironía, se trata de una farsa destinada a reírse de la beatería y de los hipócritas de las clases altas. Mantiene bien la intriga y el interés, pero falla totalmente en la construcción de muchos de los personajes y situaciones y en su deficiente estructura.
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