Seguimos vendiendo a las estrellas -las que quedan- y firmando jugadores inferiores, los préstamos impagados y sin posibilidades de pagarlos, sin refinanción del acreedor, sin avales de instituciones públicas, sin obras en el estadio nuevo.
Nos hemos quitado de encima el olor a podredumbre de Llorente y su séquito de vividores, y eso ha generado un cierto movimiento de ilusión entre la afición, entregada a los gestos fuertes y palabras populistas de los nuevos dirigentes, pero la situación está como estaba...con la única diferencia del tiempo transcurrido y no aprovechado.
Djukic, es tu momento.
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