Sandra tiene un fin de semana para intentar convencer a sus compañeros de trabajo que voten a favor de que no la despidan a cambio de renunciar a la paga extra.
Los hermanos Dardenne ("El niño", "El hijo", "El niño de la bicicleta") siguen realizando su característico cine social, pero en esta película protagonizada por la camaleónica Marion Cotillard no consiguen involucrarme debido a la perversa premisa de la que parten, un auténtico insulto a la inteligencia: una sociedad ha convencido a sus trabajadores de que la solución a sus problemas financieros consiste en renunciar a una parte de su merecido sueldo o el despido de uno de ellos, y son ellos mismos quienes deben elegir. La película debe de estar financiada por alguna asociación de empresarios para que cunda el ejemplo y darle normalidad. Y más allá de eso la trama avanza a duras penas, alternando momentos excesivamente previsibles con otros absurdos.
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