Elise y Didier, pese a sus notables diferencias, se complementan bien y forman una pareja feliz, pero la grave enfermedad de su hija los pondrá a prueba.
Los recursos estilísticos deben emplearse únicamente cuando aportan algo a la narración -o al menos intentar que no la torpedeen-. En el caso que nos ocupa, los continuos saltos en el tiempo -probablemente Felix Van Groeningen los utiliza como escudo ante la sensiblería- crean una estructura narrativa totalmente anticlimática para la temática tratada. Veerle Baetens y Johan Heldenbergh cumplen con buena nota en su desempeño actoral y la música acude en muchos momentos a socorrer a la película cuando ésta amenaza con hundirse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario