Vencido por las modas, mi supuesta coherencia ha sucumbido, mis supuestos principios se arrastran por el suelo. Sí, he comprado y leído este libro que está en boca de todo el mundo. Sic transit gloria mundi.
En él Fernando Aramburu buscar el acercamiento hacia todos los personajes que integran las dos familias protagonistas, consiguiéndolo –lógicamente- con unos más que con otros. Se trata de una amalgama de personajes estereotipados, con un lenguaje directo y coloquial –muy adecuado- y un estilo extremadamente simple…y justamente estas características que consiguen la cercanía entre historia y lector -dejando de lado la inverosimilitud de algunas situaciones- son las que han provocado que el libro funcione y se haya convertido en el fenómeno que, en efecto, es.
Está estructurado como una sucesión de capítulos breves que se desplazan sin orden temporal durante varias décadas para mostrarnos la evolución emocional de los personajes que los protagonizan, con una mezcla de la primera persona, la tercera persona y el estilo indirecto libre.
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