El jubilado Ventura es abandonado por su mujer y se dedica entonces a vagar y mantener charlas con los hijos que tiene dispersos por el barrio.
Pedro Costa ("En el cuarto de Vanda") es el director de esta arriesgada cinta extremadamente minimalista, austera y exigente de largos silencios y miradas profundas, de miseria y fealdad, de dolor y enfermedad.
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