viernes, 28 de febrero de 2014

Bestiario

Es un vicio muy extendido entre los cuentistas actuales, especialmente entre los jóvenes y principiantes, el crear una obra que busque la sorpresa. Esto no es malo per se, pero suele suceder que la finalidad única de la narración es buscar esa originalidad, lo que finalmente resulta un lastre. También Julio Cortázar cayó en este defecto en algunas de las historias que se incluyen en su primer libro de narraciones cortas, pero en su favor se pueden aducir dos factores: que él publicó su libro en 1951, y por tanto era pionero en este estilo, y que siendo una de sus primeras obras ya escribía extraordinariamente bien. Y de los cuentos en los que no busca esa transgresora modernidad sólo puedo afirmar que su calidad es altísima. Destaco el último relato, que da nombre al compendio y es muy bueno, y el penúltimo, "Las puertas del cielo", a mi entender una obra maestra.

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