Un hombre se traslada con su mujer viuda y el hijo de ésta a la casa paterna a pasar una jornada. Allí se reencuentra con su hermana, su madre y su padre, con quien no consigue conectar. Y entre ellos siempre está presente su difunto hermano.
Una película prodigiosamente real en su cotidianidad. Hirokazu Koreeda ("Nadie sabe") demuestra en ella una sensibilidad superior.
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