Fusako es una sofisticada mujer viuda que inicia un amorío con Ryuji, un solitario marino que se siente desubicado en sociedad. El hijo de Fusako forma parte de un grupo de niños que practica una suerte de nihilismo existencial y espía a través de un agujero en el armario las relaciones íntimas de su madre con su amante.
Yukio Mishima retrata una sociedad cuyos valores tradicionales están en descomposición a través de los tres personajes mencionados, empleando una prosa sensual y lírica tanto en los pasajes en que nos presenta el romance de los adultos como en los sucesos protagonizados por los niños, que en contraste alcanzan a veces altas cotas de sádica perversidad.
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