Claude Lanzmann ("Shoah") retoma en esta cinta una semana de entrevistas que realizó tres décadas atrás a Benjamin Murmelstein, quien fue el último líder judío del campo-gueto de Theresienstadt, una persona valiente e inteligente que tuvo que lidiar durante la guerra con situaciones que exceden los límites de lo que podemos ser capaces de juzgar.
Del mismo modo a mí se me hace complicado valorar este documental. Durante gran parte del extenso metraje -casi cuatro horas- uno no puede dejar de desear que se vaya al grano de una vez. Ante un tema tan grave resulta llamativo que se incida continuamente en aspectos organizativos y técnicos, meramente rutinarios, evitándose entrar plenamente en el meollo. Pero es al final cuando se entiende la verdadera significación e importancia de todo esto y que no se trata -solamente- de un documental informativo sobre unos hechos concretos, sino que nos enfrenta cara a cara con la conciencia humana y los mecanismos escapistas de defensa mental tan naturales. Ni más ni menos. Ahí se encuentra su valor y su auténtica trascendencia.
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