En 1972 Aretha Franklin decidió grabar en directo canciones de gospel en una iglesia y a la vez realizar un documental de esas dos veladas, para lo que eligió a Sidney Pollack ("La intérprete", "Los tres días del cóndor", "Danzad, danzad, malditos", "Propiedad condenada"). Pero aquello no vio la luz y no ha sido hasta 2018 cuando por fin se rescató este material. En él podemos disfrutar de la maravillosa voz de Aretha y del coro y músicos que la acompañaron, pero poco más valor tiene más allá de lo estrictamente musical. Que ya es mucho.
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