Una intérprete que trabaja para la ONU escucha casualmente unas frases en las que se habla del inminente asesinato de un líder africano y unos agentes federales intentarán evitar el crimen.
Sydney Pollack se desenvuelve como pez en el agua en los thrillers, pero esta película resulta sosa, absurda, previsible y en ningún momento logra atraer al espectador. La música es de James Newton Howard, Nicole Kidman está estupenda y Sean Penn resulta cargante.
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