Un equipo de rodaje está en Coimbra un verano para rodar una película, pero el director parece más interesado en registrar a los lugareños y sus historias cotidianas que en plasmar el guión -la relación entre una joven, su primo y su padre, integrantes de una modesta orquesta- que tienen.
Se trata de la segunda película -metapelícula en este caso- que veo de Miguel Gomes, tras "Tabú", y ambas tienen dos características que convierten al realizador en un personaje más que interesante. La primera es que tienen una estructura realmente original. Y la segunda, más importante aún, es la sensibilidad exquisita que tienen, que me recuerda a algunas películas de Nanni Moretti.
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