Un estereotipado grupo de niños intenta descifrar el enigma de la desaparición de otros niños, enfrentándose a un misterioso payaso...y a sus propios miedos.
Esta adaptación de un relato de Stephen King realizada por Andy Muschetti contiene bastantes lagunas argumentales y algunas escenas que se acercan al absurdo, además de una banda sonora insoportable, pero no se puede decir que esté mal hecha (del todo). El problema es que a mí las películas de sustos me aburren mortalmente. Y si dura innecesariamente dos horas y cuarto pues son dos horas y cuarto de aburrimiento.
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