Tres niños de ocho años aparecen brutalmente asesinados y mutilados en un río a las afuera de un pueblo de Arkansas. Tres jóvenes son detenidos y uno de ellos, poco ágil mentalmente, acusa a los otros dos de ser los responsables. Este documental nos muestra los juicios que siguieron, acompañándolos de declaraciones de los protagonistas.
Un crimen tan truculento podría devenir en algo morboso e innecesario, pero este documental bastante bien realizado por Joe Berlinger y Bruce Sinofsky no lo es, y resulta especialmente sorprendente por la forma en que todos los personajes se prestan a colaborar en él: acusados, familiares de los acusados, familiares de las víctimas, policías y abogados conforman un grotesco espectáculo en el que todos ellos, exceptuando a los abogados -son los únicos que sí parecen seguir una estrategia cuando la cámara está presente-, se retratan quedando rematadamente mal.
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