Un tren entra en un túnel. Dentro del tren, una pareja se besa.
En 1899 George Albert Smith rodó este cortometraje cuyo interés no solamente reside en su simbología erótica (que después han empleado tantos realizadores, entre ellos Hitchcock) sino en la peculiar ubicación de la cámara, en la locomotora, para hacer sentir al espectador esa sensación de movimiento. "Phantom ride", se llamó. Señoras, señores, ha nacido el travelling.
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