El empleado de la lavandería llega con su carro a una vivienda para entregar la ropa. Mientras sube a cumplir con su cometido, abajo su caballo va haciendo de las suyas.
Precursor en cierto modo del slapstick, este corto de 1908 de Louis J. Gasnier contribuyó a mejorar la narrativa cinematográfica mediante el montaje. Nos muestra lo que están haciendo tanto el empleado de la lavandería como el caballo alternando las escenas varias veces. El montaje aquí no nos muestra la sucesión de la acción, sino que nos enseña lo que está pasando en el mismo momento en un lugar distinto. No es continuidad, es montaje en paralelo. Un recurso que se empleará a lo largo de la historia para crear tensión, contraponer hechos, o simplemente mostrar dos escenas que suceden en el mismo instante.
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