Mientras en Estados Unidos Florence Lawrence se convertía en la primera estrella del cine, en Dinamarca se producía paralelamente el mismo proceso con otra actriz, Asta Nielsen, quien incorporaba además una alta dosis de sensualidad. En esta película de 1910 dirigida por Urban Gad, Nielsen interpreta a una joven que es novia de un hombre respetable pero que se fuga con un trabajador de un circo ambulante.
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