lunes, 4 de enero de 2010

El falso cine independiente estadounidense

Estos últimos años están llegando a las pantallas españolas muchas producciones estadounidenses con la etiqueta de “independientes”, películas de esas que arrasan en Sundance y luego consiguen alguna nominación en los Oscars –y a veces ganan alguna estatuilla-.

¿Qué diferencia realmente a estas producciones de las de los grandes estudios?

Hablemos del presupuesto. Cierto es que no tienen los recursos de las megaproducciones, pero estas películas que pretenden ser independientes no tienen nada que envidiar a las producciones “normalitas” de los grandes estudios, que al fin y al cabo son todas excepto una decena anualmente. Sí hay diferencia en cuanto a la procedencia del dinero, claro, pero esto es poco importante. Y si nos referimos a la distribución, la ecuación es la misma.

Hablemos de la temática que tocan. Aquí sí parece haber mayores diferencias, no tanto en el argumento como en el punto de vista. Luego volveré a este punto, pero tampoco parece que sea muy significativa la discrepancia.

Vamos a lo realmente importante: el objetivo. Y es aquí donde vemos lo similares que son ambos tipos de películas, pues la pretensión real de las independientes es conseguir un éxito de taquilla y un reconocimiento en forma de premios en festivales venidos a menos como Sundance y los Oscars, y, en última instancia, conseguir para los realizadores un contrato en algún gran estudio.

¿Es “The station agent” una parábola sobre la diferencia, la soledad, la incomprensión y la amistad?¿Trata “Little miss Sunshine” del valor de la familia unida y de que la verdadera satisfacción no está en triunfar sino en intentarlo?¿”Sideways” puede entenderse como una crónica de la amistad como valor predominante y los problemas de un creador? Con todos mis respetos: ¡y una chufa! Si nos ponemos a hurgar un poquillo sólo encontramos en ellas pretenciosa banalidad.

Hoy en día estas películas siguen el mismo patrón que las producciones de las majors, y las realizan como churros, habiéndose convertido en una industria más a imagen y semejanza de las grandes. La fórmula es la siguiente: tema archisobado, con una pequeña variación consistente principalmente en meter a un par de personajes originales, metemos por el medio alguna conversación chorra que parezca transcendente, un toque de humor, otro de drama…y voilá!

Por supuesto siguen habiendo grandes creadores independientes, pero son sobre todo viejos lobos que se resisten a caer en las garras del hombre domesticador. Entre la juventud el panorama pinta mal.

3 comentarios:

Cárabo dijo...

Joer, estoy al 100% con tus palabras...
Actualmente, el llamado cine independiente ha dejado de ser una filosofía de autor para ser una simple etiqueta a producciones estadounidenses que intentan copiar al cine europeo. Como tú dices, un guión más o menos elaborado y un tanto enrevesado, unas gotas de humor o un chorrazo de drama y ¡voilá! ¿vamos a Sundance?. :-DD
Quizá sea debido a la absorción de ese cine por la mayors; la curiosidad está en los casi 3 ó 4 logotipos que acompañan al principio de estas producciones (simpre una mayor y luego 2 ó 3 productoras cada vez más asiduas. Eso no ocurría con Cassavettes.

Toni Perico dijo...

Totalmente de acuerdo.

Pasa lo mismi con la música "independiente". No la graba Sony , pero la patrocina Coca Cola o Heineken (si no mirad cuántas multinacionales NO musicales, pero con participaciones en discograficas del chunba-chumba, patrocinan los festivales de Musica Independiente en Verano) ¿que diferencia hay?

Miguel dijo...

El FIB de hecho se ha convertido ya en una botella de cerveza mutante gigantesca y de color verde.