jueves, 14 de agosto de 2014

Paul Éluard: poemas de "Capital del dolor" y otros

La curva de tus ojos da la vuelta a mi corazón.
Una ronda de danza y de dulzura,
aureola del tiempo, nocturna y segura cuna
y si ya no sé todo lo que he vivido
es que tus ojos no me vieron siempre.
 
Hojas de día y espuma de rocío,
cañaveral del viento, sonrisas perfumadas,
alas cubriendo el mundo de luz,
barcos cargados con el cielo y con el mar,
cazadores de los ruidos, fuentes de los colores.
 
Perfumes nacidos de un enjambre de auroras
que yace siempre sobre el heno de los astros,
como el día depende de la inocencia,
el mundo entero depende de tus ojos puros
y toda mi sangre fluye en sus miradas.
 
--
 
¿Soy acaso otra cosa que tu fuerza?
Tu fuerza en tus brazos,
Tu cabeza en tus brazos,
Tu fuerza en el cielo descompuesto,
Tu cabeza lamentable,
tu cabeza que yo llevo.
Ya no jugarás conmigo,
Heroína perdida,
Mi fuerza se mueve en tus brazos.
 
--
 
Entre mis tormentos entre la muerte y yo
Entre mi desesperanza y la razón de vivir
Hay la injusticia y esa desgracia de los hombres
Que no puedo admitir hay mi cólera
 
Hay maquis color de sangre de España
Hay maquis color del cielo de Grecia
El pan la sangre el cielo y el derecho a la esperanza
Para todos los inocentes que odian el mal
 
La luz siempre está muy cerca de apagarse
La vida siempre se está preparando para volverse estiércol
Pero la primavera vuelve a nacer y no ceja
Un brote sale de lo negro y el calor se instala
 
Y el calor triunfará sobre los egoístas
Sus sentidos atrofiados no resistirán
Escucho el fuego hablar riéndose de tibieza
Escucho un hombre decir que no ha sufrido
 
Tú que fuiste de mi carne la conciencia sensible
Tú a quien amo para siempre tú que me has inventado
No soportabas la opresión ni la injuria
Cantabas soñando la felicidad en la tierra
 
Soñabas con ser libre y yo te continúo.