Roy Andersson ("
World of glory") es uno de los autores más renombrados entre la última cinefilia radical. En sus obras, y como ejemplo sirva esta película realizada tras un montón de años de inactividad, muestra lo surreal desde lo cotidiano o lo cotidiano desde lo surreal, para hacernos reflexionar sobre la incomunicación, la violencia, la deshumanización, la autodestrucción de la sociedad. Puede gustar más o menos, pero es obvio que tiene las ideas claras y una forma muy peculiar de expresarlas (guión deslavazado compuesto de varias escenas, algunas conectadas y otras no, planos secuencia con cámara fija,...).
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