lunes, 2 de marzo de 2015

Cinemanía

Un hombre que ansía ser actor es invitado a Hollywood por error para realizarle unas pruebas. Una vez allí se muestra tan patoso que todo el mundillo enseguida busca apartarse de él, excepto una actriz a quien le gusta su forma de ser.

Ya en la época del cine sonoro Harold Lloyd buscaba repetir sus éxitos con la misma fórmula. En esta película, con Clyd Bruckman como director y Constance Cummigs acompañándole en la actuación, logra algunos momentos divertidos.

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