jueves, 7 de septiembre de 2017

Nueva temporada, nuevas dudas

Anda el periodismo valencianista muy eufórico pensando en la temporada recién iniciada, contagiando esta ilusión a la militancia de a pie. A mí me perdonarán, pero quisiera enfriar un poco las expectativas. No pretendo realizar uno de mis ya habituales ejercicios de pesimismo total, sino simplemente pedir prudencia.

El fundamento de mi escepticismo reside en una pregunta muy simple: ¿tiene el VCF mejor plantilla que el año anterior? Sé que la respuesta mayoritaria a esta pregunta entre el valencianismo sería afirmativa, pero la mía no lo es. Se han ido jugadores importantísimos, y los que han llegado no tienen de ninguna manera el empaque de los salientes. ¿Realmente alguien en su sano juicio me va a decir que futbolistas como Diego Alves, Enzo Pérez, Cancelo, Nani o Mangala son malos futbolistas?  Algunos no han funcionado, cierto, pero eso no significa per se que no sean jugadores aprovechables. Qué pronto olvidamos que Alves ha sido de largo el mejor futbolista del Valencia estas ultimas temporadas o que Nani fue el fichaje estrella hace sólo un año. ¿Y quién ha llegado? Neto, de quien me atrevería a asegurar -espero tragarme las palabras- que es infinitamente peor portero que Alves, y nos ha costado 7 millones cuando a su antecesor casi lo hemos regalado; Gabriel y Murillo, dos centrales que tendrán que demostrar que son mejores que Mangala y Abdennour; Kondogbia, para ejercer un papel clave en el centro del campo; y dos chavales jóvenes, Guedes y Pereira, que están todavía por hacer. Todos ellos son jugadores que en algún momento de su carrera han demostrado cierta valía o cierto talento, pero que vienen -todos ellos- de no triunfar -he borrado "fracasar"- en sus anteriores equipos. El tiempo dirá si se convierten en jugadores importantes o en fiascos. Pero sólo quiero recordar (¡ay!) que con aquellos jugadores hemos quedado dos temporadas seguidas la liga en duodécima posición. Veremos con estos.

La razón que han aducido para quitarse de encima tantos jugadores es publicar que eran tipos que generaban mal ambiente en el vestuario. No puedo evitar que se me revuelvan las tripas al pensar en el trato que ha recibido Alves, quien tanto nos ha dado, en su salida. Yo, sin negarlo completamente, no termino de comprar el argumento. Hay datos que me llevan a desconfiar, como que en la lista inicial de agentes tóxicos no estuviera Nani, y los voceros lo hayan incluido una vez se ha producido su salida. Ya digo que yo no estoy en el vestuario y no sé lo que puede haber pasado ahí dentro, y por eso ni me creo ni dejo de creerme nada. Pero sí hay algo que une a los que han salido, si exceptuamos a Cancelo: eran los que más cobraban. Así que tiendo a pensar que lo que realmente ha provocado la salida de estos jugadores era su sueldo, para poder dárselo a los nuevos que han llegado.

Por lo demás, la plantilla tiene descompensaciones. No hay ni un mediocentro defensivo, sólo tenemos un delantero centro -que además se va a perder muchos partidos por sanción-, sólo un lateral derecho...Reconozco que no considero la reducida plantilla como un problema grave, teniendo en cuenta que el equipo no juega competición europea y la decidida apuesta del cuerpo técnico por los chavales de la cantera.

Una última aportación sobre la composición de la plantilla: dentro de un año van a tener que volver a realizar malabarismos, porque tener tantos jugadores cedidos en otros clubes y tantos jugadores de otros clubes cedidos en el nuestro, con o sin opciones de compra, supone una importante hipoteca.

Todo lo que he dicho hasta ahora se decanta hacia lo negativo. Entonces, ¿por qué no soy completamente pesimista? Hay varios motivos. Empezamos desde arriba. Uno: el club parece que por fin tiene una estructura adecuada, con personal competente y un proyecto definido. Dejo fuera de esta afirmación al director deportivo, quien por lo visto no pinta casi nada y se ha visto puenteado. Dos: tenemos también un entrenador exigente que ha demostrado capacidad para sacar rendimiento a sus plantillas. Sus etapas no suelen durar mucho por su forma de ser, pero es indiscutible que sus equipos funcionan desde el inicio...hasta que todo explota. Tres: los jugadores, por ahora, han demostrado compromiso y profesionalidad. No voy a exigir más, con los antecedentes que tenemos. Y cuarto y último: es una gozada ver jugar a los chavales de la cantera. Sea por necesidad o por convicción, el hecho es que se está otorgando confianza a los jóvenes de la casa, y eso es lo que más entusiasma a la afición. Y es que además juegan bien, los muchachos.

Así pues, ¿qué podemos esperar de esta temporada? Es una incógnita. Lo único que espero es que el equipo luche, compita en cada partido y que terminemos cada encuentro con la sensación de que, se consiga o no, se ha intentado ganar. Lo de marcarse objetivos finales como la clasificación para competiciones europeas es algo que veo muy lejano. No pido mucho, lo sé, pero es que venimos del mismo infierno. Hay que dar pasos poco a poco, pasos seguros y firmes pero sin precipitarse. Los resultados serán la consecuencia lógica. Voro inició el camino. Lo único que hay que hacer -se dice pronto- es seguirlo.

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