lunes, 11 de junio de 2018

Electra

Cuando Agamenón regresa de la guerra troyana, Clitemnestra y el amante de ésta se confabulan para asesinarlo. Orestes es enviado al exilio y Electra queda condenada a ser una marginada en vida.

El mito de Electra y Orestes probablemente sería el que yo nombrara si tuviera que escoger mi tragedia preferida (quizá me plantease la de Orfeo y Eurídice). Y esta película de Mihalis Kakogiannis, rodada de forma austera e intensa me ha llevado consecuentemente a gozar como gorrino en lodazal. La cámara se recrea en la maravillosa Irene Papas con unos primeros planos jeannedarquianos -sí, me he inventado el vocablo- sobrecogedores, y el coro femenino me parece muy potente y acertado. ¿Que no es precisamente una película prodigiosamente realizada? Pues no. Y qué. Hay pasión.

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