Hoy han terminado dos eventos deportivos que se han disputado durante las dos últimas semanas. En uno de ellos ha triunfado el deporte español; en el otro ha fracasado. En ambos los espectadores hemos tenido que sufrir la ineptitud, la incomprensión y la falta de profesionalidad de los encargados de ofrecerlos por televisión.
Empezamos con el Open de Australia de tenis, con la confirmación de Rafael Nadal como el indicutible dominador de este deporte, provocando que todos nos cuestionemos dónde pueden estar los límites de este portento. Ha vencido en una dura final a Federer, el deportista que más ha acercado el tenis al concepto de arte, a quien hoy hemos visto hundido tras la final. Ánimo, Roger, recúperate anímicamente, el tenis te sigue necesitando.
Pero no sólo de Nadal vive el tenis español. Magnífica actuación de Verdasco (semifinalista y cuartofinalista en dobles con Feliciano), de Carla Suárez (cuartos), de Robredo (octavos en individuales y dobles, semifinalista en mixtos), de Anabel Medina(ídem a Robredo), de Nuria Llagostera y María José Martínez (cuartofinalistas en dobles).
Del resto, decir que la climatología ha decantado muchos encuentros. Que Serena es muy superior si está al cien por cien. Que los hermanos Bryan siguen aumentando el palmarés. Que Djolovic ha empezado el año flojo, que Nalbandián sigue irregular como siempre, que los franceses tienen una pléyade de grandísimos jugadores pero ningún crack, que a Murray aún le queda para alcanzar el nivel de los dos mejores, que las serbias van de decepción en decepción y que las rusas siguen arrasando...cuando las Williams lo permiten.
El otro gran evento ha sido el campeonato del mundo de balonmano de Croacia, que ha ganado Francia al imponerse a los anfitriones en los últimos minutos de la final, demostrando que son el mejor equipo de la actualidad, con Croacia y Dinamarca tras ellos. Estos últimos terminaron fuera del podio al caer ante la sorprendente Polonia de Wenta, que realizó una segunda fase impecable. España y Rusia cayeron a las primera de cambio, demostrando que no han asimilado los cambios. Suecia va poco a poco volviendo a estar entre las grandes selecciones, aunque siguen muy lejos de lo que fueron. Y Alemania se quedó in extremis fuera de las semifinales, quejándose de los arbitrajes -tiene gracia-.
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