Oharu, una mujer que vive en la Corte en pleno siglo XVII, se enamora de un sirviente, y por ello es rechazada y él condenado a morir. A partir de entonces, vivirá un sinfín de penalidades, víctima de la rigidez de la sociedad feudal.
Excepcional cinta de 1952 del maestro japonés del melodrama clásico, Kenji Mizoguchi, a quien admiro sin límite. La protagonista es Kinuyo Tanaka.
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