Mi primer acercamiento a la obra de Lord Byron, hace un porrón de años, fue por motivos sentimentales, y cuando rompí aquella relación no volví a leer al poeta decimonónico hasta ahora.
"Don Juan" es un extenso poema inacabado, ya que Byron falleció antes de poder culminar su obra. Su tratamiento de la figura del mujeriego español se encuentra totalmente alejado de lo convencional, ya que en ningún momento pretende ser moralizante -acaso sí lo contrario- y es totalmente satírico. De hecho, podemos afirmar que el personaje le sirve al poeta romántico como excusa para narrar algunos episodios cercanos a la autobiografía y para ajustar cuentas con otros escritores, con la nobleza, con el clero, y con los convencionalismos morales reinantes en la época. Emplea Byron durante toda la obra un brillante sentido del humor que la convierte en muy divertida.
Don Juan, criado para ser una persona casta, comienza sus correrías amorosas con una mujer casada. Al ser descubierto por el marido de ésta se ve forzado a emigrar, sufriendo en el viaje un naufragio que le lleva junto a la hija de un pirata. Posteriormente es vendido como esclavo y pasa a servir a la esposa de un sultán, más tarde viaja a Rusia donde es amado por Catalina la Grande, quien le envía a Inglaterra, donde se codea con la alta aristocracia. ¡Ahí es nada!
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