El libertino Lord Henry Wotton conoce en el estudio del pintor Basil Hallward al hermoso joven Dorian Gray, por quien de inmediato queda fascinado y a quien intenta influir traspasándole sus ideas. Tras el suicidio de una joven a quien amaba, Gray se siente culpable y decide adoptar la filosofía hedonista de Lord Henry. El paso del tiempo y las cicatrices del alma no se reflejan en el físico de Dorian, sino en el retrato que éste guarda bajo llave y que le pintó Hallward.
El esteta Oscar Wilde puso mucho de sí mismo en esta novela cínica, refinada y moral/amoral sobre la belleza, el arte, la hipocresía, el narcisismo y la búsqueda del placer.
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