Una mujer acude a la mansión de una bella condesa para tratar con ella una herencia. Se suceden las muertes y parece claro que hay algo sobrenatural.
El argumento es una mera excusa para mostrarnos a féminas desnudas magreándose en un ambiente kitsch, con música estridente, montaje surrealista y cámara desenfocada. 100% Jesús Franco. El protagonismo recae en la anatomía de Ewa Strömberg y Soledad Miranda.
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