En un futuro no muy lejano un tipo es conducido a una prisión en la que concentran a los más malos del mundo. El tipo se porta mal y lo llevan a un sitio al que llevan a los que peor se portan de esos malos, una isla. Allí una tribu de tipos raros, feos y malos van tras él, lo hieren, le clavan más pinchos que en una sesión de acupuntura y lo despeñan por un precipicio. Pero nuestro héroe es como un dios pero en chulo, sobrevive y lo acogen en otra tribu de tipos raros, pero menos feos y menos malos, enfrentados a los anteriores. Y todo esto son los primeros veinte minutos, a los que siguen más de hora y media de absurdas situaciones que rozan el patetismo. Y además no sale ni una fémina en todo el metraje.
Esta película constituyó el primer éxito comercial del director neozelandés Martin Campbell. El protagonista es Ray Liotta, actor que lo mejor que ha hecho en esta vida es participar en uno de los cincuenta mejores capítulos de la serie "Urgencias".
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