España gana la Copa Davis

Hazaña y equipo son las dos palabras que me sirven para definir esta grandísima victoria.

Ha sido algo totalmente inesperado. Jugando en Argentina, con un público muy animoso, una pista preparada para perjudicar las virtudes de nuestros tenistas, con el número uno del mundo siendo baja por lesión y con nuestro número dos en baja forma los chicos han conseguido un éxito sin precedentes en la historia del deporte español a base de fortaleza mental. Han sido unos partidos de escasa calidad tenística pero con una tensión y una presión exageradas, y ellos han sabido actuar correctamente en todo el momento. ¡Chapeau!. Y hay que recordar que hemos sido campeones ganando tres de las cuatro eliminatorias a domicilio, con lo difícil que es hoy en día eso en la Davis.

Es el tenis un deporte muy individual pero los jugadores españoles han sabido otorgarle una nueva dimensión, la de equipo, con todos ellos supeditando sus intereses particulares por el bien del combinado nacional ya desde la primera eliminatoria en Perú, con algunos jugadores que luego no han vuelto a jugar en eliminatorias posteriores sacrificándose para seguir adelante. Y se ha vuelto a ver en esta final, ya que hemos visto ganar a Feliciano y Verdasco, pero tras cada golpe ganador de uno de ellos veíamos el brazo de Ferrer, de Granollers, de Nadal, de Almagro, de Robredo, de Ventura, de la quincena de jugadores que este país tiene entre los cien mejores del mundo. Y gran parte del mérito es del capitán, Emilio Sánchez Vicario, que ha sabido gestionar el grupo de manera excepcional.

Mi más sincera enhorabuena y mi agradecimiento para estos grandísimos CAMPEONES.