domingo, 5 de abril de 2009

La ampliación fantasma


Resañemos los precedentes. El verano pasado llegó Juan Villalonga al València C.F. de la mano de Juan Soler. Villalonga, en una rueda de prensa autocomplaciente expuso públicamente la gravedad de la situación del club y la necesidad de realizar una ampliación de capital. El empresario, a quien considero un cantamañanas, acertó de pleno en su diagnóstico y el tratamiento a aplicar.

Juan Soler reaccionó echando a Villalonga y pagándole 10 millones de su propio bolsillo, uniéndose después con su máximo opositor, Vicente Soriano, antaño vicepresidente suyo y que había estado descalificándolo durante meses. Soler y Soriano no querían la ampliación de capital porque eso supondría que ellos perderían el control del club y no recuperarían la inversión realizada. La situación del VCF para ellos es lo de menos.

Ahora el Consejo de un VCF con Soriano de presidente y Soler de máximo accionista aprueba la realización en junio de una Asamblea en la que se propondrá una ampliación de capital de 92 millones de euros que multiplicaría por diez el capital social actual. Al parecer tanto Soler como Soriano están conformes con la ampliación de capital.

¿Qué ha cambiado? Nada, es una propuesta trampa. Dando por hecho que en caso de producirse la ampliación de capital Soler y Soriano no concurrirían a la misma, me cuesta creer que estén de acuerdo en perder todo su poder sin ninguna contraprestación. De aquí a junio pueden pasar muchas cosas. Puede Soler encontrar un comprador para sus acciones. Puede Soriano encontrar un comprador para los terrenos en que está ubicado Mestalla. Pueden, simplemente -y sería lo más probable- cambiar de opinión y tumbar la ampliación de capital, ya que dado su poder accionarial, son ellos dos quienes finalmente decidirán si se produce o no.

Además en las condiciones de la ampliación me llama la atención que si no se suscriben los 92 millones de euros ésta no será efectiva. Teniendo en cuenta que los valencianistas de a pie difícilmente podremos llegar a cubrir ni un diez por ciento de la ampliación de capital propuesta, todo quedaría pendiente de la llegada de un inversor -o varios- dispuesto a gastarse una cantidad de dinero desmesurada en una sociedad insolvente en la que sería necesaria la inyección de más dinero, y todo ello en la actual situación económica global. Parece absurdo pensar en tal posibilidad.

Parece claro, pues, que no se va a producir ninguna ampliación de capital que los actuales dirigentes y máximos accionistas realmente no desean. La razón por la que han realizado esta propuesta parece clara: cubrirse las espaldas. Y es que si el VCF entra en quiebra el hecho de haber propuesto la ampliación de capital puede suponerles a los directivos evitar una acción de responsabilidad que afectaría a su patrimonio personal. Ni más, ni menos.

Estos son los gestores que estamos condenados a sufrir. Que Dios nos pille confesados.

No hay comentarios: