Un reputado arquitecto casado y una vecina, también casada, se sienten atraídos y comenzarán una relación adúltera.
El director es Richard Quine, que como es habitual en él, dio el papel protagonista a Kim Novak, mientras que Kirk Douglas se encargó del papel masculino. Ambos están acompañados por brillantes secundarios como Ernie Kovacs, Barbara Rush o Walter Matthau. El director de fotografía fue Charles Lang.
Película semiolvidada que sin duda merece mayor atención. Y a pesar de que valoro en gran medida el trabajo de Quine no puedo evitar pensar que en manos de Douglas Sirk la película hubiera tenido mucha más contundencia.
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