Unos hombres de ciencia trabajan en la construcción de un cohete para ser los primeros en llegar a la luna, y consiguen su misión, pero una vez allí se dan cuenta que no son los únicos habitantes del satélite.
En los albores del cine -hablamos de 1902- Georges Méliès realizaba esta mítica joya, un fascinante corto que adaptaba a Verne y Wells.
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