lunes, 16 de mayo de 2011

Todos nos llamamos Alí



Una mujer viuda conoce por casualidad a un inmigrante marroquí, y de inmediato descubre que con él puede comunicarse mejor que con nadie, e inician una relación que será mal vista por todos los seres cercanos.

Fassbinder toma a Sirk, lo mete en su particular mundo, lo agita un poco...et voilà! Aquí tenemos el genial resultado. Eso sí, el mérito es entero de Fassbinder. Esos ambientes, esos colores, esa iluminación, esa escenografía, esos movimientos de cámara, esos encuadres asfixiantes, ese tratamiento sin concesiones de TODOS los personajes, esa cálida frialdad...Visión Fassbinder 100%.

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