lunes, 12 de diciembre de 2011

Luz de agosto


Tenemos a una joven que ha quedado embarazada y que escapa de su casa para buscar al padre. Tenemos a un hombre con sangre negra que siente una rabia feroz contra todo. Tenemos a un trabajador de un aserradero humilde y discreto que sin que nadie lo sepa viaja todos los domingos a una iglesia rural para cantar en el coro. Tenemos a un solitario sacerdote a quien no le dejan ejercer y marginado por el pueblo debido a un escándalo que causó su esposa tiempo atrás.

Y tenemos a William Faulkner ("El ruido y la furia", "Mientras agonizo"), por quien en mi pueblo hay verdadera devoción, y su especial habilidad para plasmar los más sórdidos recovecos del alma humana. Formalmente su estructura es más sencilla que las otras dos novelas reseñadas, pero su contenido es igualmente abrumador y angustioso.

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