Los genios no sólo son los que crean a partir de la nada, sino también quienes son capaces de ver las oportunidades que la suerte pone en su camino. Un ilusionista llamado Georges Méliès ("Viaje a la luna") rodaba en un calle y la cámara se le atascó. Al ver el resultado se percató de que un tranvía daba la impresión de desaparecer. Bienvenidos al mundo de los efectos especiales. A partir de ese momento Méliès creó una nueva forma de hacer cine, plagada de trucos, en el que la imaginación y lo fantástico se convertían en protagonistas, y con ello dio impulso a la cinematografía, ya que tras la efervescencia inicial se había vuelto aburrida y empezaba a perder el favor del público. Y Francia fue el país que apostó por el nuevo invento.
Este cortometraje lo rodó en 1898. En él un astrónomo sufre alucinaciones y una enorme luna aparece en su domicilio.
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