Euro’08: el triunfo

El triunfo de Luis, por encima de todos. Suyo y de su familia. Es el momento cumbre de su extensa carrera, y lo que ha tenido que aguantar estos cuatro años sólo él lo sabe. Gracias, Luis, una y mil veces. Si este país fuera agradecido se pondría una estatua tuya en cada pueblo.

El triunfo de un estilo de juego del que algunos dudábamos –palito para mí- porque nunca había ofrecido los resultados deseados. Ayer este equipo demostró que es tan útil como cualquier otro...o más. Y más bello.

El triunfo de un EQUIPO, de un grupo humano excepcional, de 23 hombres que eran uno sólo, todos unidos para la consecución de este éxito.

El triunfo de una extraordinaria portería, una imbatible defensa, un excelso centro del campo y una muy eficaz delantera.

El triunfo de la gente normal, de esos futbolistas que no están endiosados, esos que siempre tienen una sonrisa en la boca para atender a quien sea. De Casillas, de Capdevila, de Xavi, de Senna, de Silva,...

El triunfo de Genaro.

El triunfo de Iker, nuestro capitán, de quien tan orgulloso me siento.
El triunfo de Pepe, quien ha superado a su padre.
El triunfo de Andreu, y su hermoso gesto con Arconada.
El triunfo de Sergio...y del recordado Antonio.
El triunfo de Álvaro, sobrio.
El triunfo de Carles y su corazón.
El triunfo de Carlos y su jerarquía.
El triunfo de Juanito y su solidez.
El triunfo de Raül y su futuro.
El triunfo de Joan, impecable.
El triunfo de Fernando, que sigue ascendiendo.
El triunfo de Marcos, mejor jugador del campeonato.
El triunfo de Xavi por hacernos gozar con su juego.
El triunfo de Andrés y su extraordinaria clase.
El triunfo de David, que ha realizado un magnífico torneo.
El triunfo de Cesc, tan titular como el que más.
El triunfo de Santi y su atrevimiento.
El triunfo de Rubén, calidad en estado puro.
El triunfo de Xabi, dominador del centro del campo.
El triunfo de Sergio, desequilibrante.
El triunfo de David, máximo goleador del torneo.
El triunfo de Dani, efectivo.
El triunfo de Fernando, quien ayer dejó de ser un niño ya para siempre.

El triunfo tuyo, mío, el de todos.

El triunfo de Cárabo, el de Tomi. Un nuevo triunfo de los pantalones naranja.

El triunfo de todos aquellos que sin ser españoles querían que ganase España por lo que significa que triunfe este estilo de juego. Y porque ya nos lo merecíamos, qué narices.

El triunfo de los que hoy a las siete y media estábamos metidos en un tren, más vacío que nunca, para ir al trabajo, con cara de sueño y una sonrisa en la boca.

El triunfo de los bares, de los periódicos, de la televisión que apostó por este campeonato. Y el de la compañía telefónica hasta que me quedé sin saldo.

El triunfo del color rojo.

El triunfo de los que se cogieron un día de vacaciones, de los que han llegado tarde, los que no llegarán y los que sí lo hemos hecho pero tenemos la cabeza en Viena.

El triunfo de mi compañero de trabajo Juanma, con quien he compartido tantas charlas desde que empezó el europeo.

El triunfo de los que hoy, en cada bar, hablarán sobre El Partido.

El triunfo de los que hemos estado a las duras y a las maduras, los que hemos tragado mierda, los que sufríamos desilusión tras desilusión pero no desfallecíamos. Los que con cada eliminación notábamos cómo perdíamos un pedazo del corazón. Los que estábamos aplastados por los tópicos que siempre se cumplían. Los que andábamos ya sin fe...pero andábamos sin descanso.

El triunfo de los cuatro locos que anoche, cuando el pueblo ya dormía y mientras sonaban los truenos, fueron a colocarle la camiseta de la Selección al rey Don Jaime. Qué alto está el jodío, allí arriba del pedestal. Y que luego fueron a mojarse a una fuente.

El triunfo del fútbol. El triunfo de España.