viernes, 18 de enero de 2008

Bobby Fischer: descansa en paz


Fischer, mito del ajedrez, ha fallecido.

Fue campeón del mundo en 1972, derrotando al soviético Boris Spassky (arriba foto de este enfrentamiento). El hecho de que un estadounidense se proclamase campeón del mundo en un deporte “tan soviético” en plena guerra fría tuvo una enorme trascendencia política. Aclamado como héroe nacional, pocos pensaban que posteriormente sería perseguido como traidor a su patria y utilizado políticamente también por el bloque al otro lado del telón de acero.

Se trataba de un auténtico genio, un maestro de la improvisación. Pocos ajedrecistas han sido tan originales en sus planteamientos como él. Despuntó muy pronto para aquella época, alcanzando el título de Gran Maestro con 15 años, pero no se alzó con el título de campeón mundial hasta los 29. Tras ello abandonó el ajedrez, se retiró de la vida pública y fue perdiendo progresivamente el norte.

En 1992 volvió a la esfera pública para enfrentarse de nuevo con Spassky como exhibición. Lo volvió a ganar, pero lo relevante de este encuentro fue que se celebró en Yugoslavia, y el gobierno estadounidense le prohibió acudir allí. Su desobediencia lo convirtió en un perseguido por su propio país, y volvió a desaparecer, hasta 2004, cuando fue detenido en Japón, con síntomas claros de paranoia y demencia. Islandia le ofreció asilo político y allí ha vivido hasta su muerte.
Para los amantes del ajedrez quedan sus extraordinarias partidas, por encima de cualquier otra consideración. Por ello: gracias, maestro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No sé quién sos, pero me gustó tu comentario sobre el antipático Bobby Fischer.

Soy argentino, tengo 62 años y me gusta leer (casi solamente clásicos), la´s ciencias mal llamadas "duras", el fútbol, el boxeo, el tango y la música clásica.

Me llamo Fidel y mi correo es:

retintin@ciudad.com.ar

Saludos.