Larga y agradable película de Jacques Rivette. Una compañía de teatro italiana en su gira por Europa representando una obra de Pirandello recala en París, ciudad que abandonó tres años antes la actriz principal, Camille (Jeanne Balibar). Al volver buscará a su antiguo amante, Pierre (Jacques Bonnaffé) a pesar de mantener en la actualidad una relación con el director de la obra, Ugo (un magnífico Sergio Castellito). A su vez, el personaje interpretado por Bonaffé vive ahora con Sonia (Marianne Basler). Por su parte, Ugo buscará en París una obra teatral inédita, para lo cual será auxiliado por Dominique (Hélène de Fougerolles), cuyo hermano Arthur (Bruno Todeschini) pretende a Sonia y se dejará embelesar por Camille, cerrando el círculo. Todas estas historias de sentimientos perdidos y recuperados, y de pasiones ocultas (o no tanto), se entrelazan de forma delicada, inteligente e interesante en un muy buen trabajo de guión y dirección.
Hay algunas escenas realmente brillantes. El monólogo inicial de Balibar es fascinante. Y el "duelo a muerte" con dos botellas de vodka, antológico.
Típica película de Rivette, con su particular sentido del "no-ritmo": sus partidarios disfrutan con ella, a sus detractores les parecerá un peñazo ideal para dormir.
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