Ayer visitó Valencia el Jefe de Estado español. Estuvo inaugurando la Asamblea General de los Comités Olímpicos Europeos, recibiendo la Alta Distinción de la Generalitat y presidiendo la entrega de los Premios Jaime I. Vamos, como si fuera un cantante promocionando su último disco. Sólo falto que fuera a la FNAC a firmar CD’s de su último hit “¿Por qué no te callas?”.
Algunas de las frases que leyó en los diversos actos:
“Impresionante progreso y modernización vividos por esta comunidad autónoma y sus gentes”
“Generosidad de los valencianas y de sus instituciones, de quienes la Corona ha recibido siempre tantas muestras de afecto y lealtad”
“Símbolo de los muy estrechos lazos que unen a la Corona con Valencia y de la grandeza de los valencianos, que cuentan con mi mayor afecto, admiración y respeto como español y como Rey”
“El dinamismo de Valencia, su decidido afán innovador y la ilusionada apuesta por un futuro cada vez mejor”
“Estamos en uno de los centros vitales del Mediterráneo, en un lugar con una gran calidad en los servicios y las comunicaciones y muy comprometida con el deporte. Con unas grandes instalaciones y la capacidad organizativa de competiciones internacionales del más alto nivel como la Copa del América”
Emocionante, cómo ama el campechano Borbón a sus súbditos valencianos, ¿verdad?
Una pena que haya tardado más de mes y medio en ir a Valencia a recoger la Alta Distinción de la Generalitat, que sí recogieron el resto de galardonados el día señalado, nueve de Octubre, día de la Comunitat Valenciana. Supongo que sería por problemas de agenda. Estaría trabajando para mejorar las relaciones diplomáticas con otros países. Cazando osos borrachos en Laponia, por ejemplo.
He escrito esta entrada con mi mayor afecto, admiración y respeto hacia el monarca, por supuesto. O, al menos, el mismo afecto, admiración y respeto que me tiene él a mí.
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