sábado, 17 de noviembre de 2007

La cena

Ingredientes

El dueño de un restaurante tradicional italiano, medio idiota.

Su esposa, que regenta el local, deseada por otros hombres.

El maitre, viejo amigo del dueño del restaurante.

El jefe de cocineros, siempre rezongando.

Un camarero toscano, atrevido y pendenciero.

Un camarero amante de la poesía y el teatro.

El cliente habitual, viejo profesor que a pesar de que siempre pide un arroz blanco, lee la carta para dejar volar su imaginación, y que va de mesa en mesa repartiendo consejos.

Una pareja de actores planificando su nueva obra teatral.

Una familia de japoneses que añaden ketchup a la carbonara, acompañados por su cámara de fotos y su videojuego.

Un profesor de filosofía con su amante y alumna; ella ha escrito una extensa carta “informativa” a la mujer de él.

Unos empresarios que debaten sobre política y evasión de impuestos.

Un padre con sus dos hijos a los que ve poco. Con su hija siempre discute. La tardía llegada del hijo, alegre, antiguo drogadicto y despreocupado salvará la cena.

Una pasional madre divorciada que toma callos con su hija que quiere ser novicia.

Una pareja de novios. Ella le habla de la posibilidad de estar embarazada y de casarse; él flirtea con una solitaria mujer de la mesa de enfrente.

Un tímido que come arroz caldoso de quien se aprovechará un vidente-mago.

Una joven vegetariana que se reúne con todos sus amantes y se deja agasajar por un camarero.

La sobrina de los dueños, celebrando su cumpleaños con sus amigos.

Una madre aristócrata con su hijo que ha terminado la carrera y que es ridiculizado por sus compañeros.

Preparación

Mezclar todos los ingredientes en un típico restaurante italiano, de esos en que los dueños se pueden sentar a tu mesa para charlar o que al final de la noche juegan una partida de cartas con los últimos clientes, y cocinar a fuego lento.

Resultado

La cocción provocará que los ingredientes muestren sus cualidades interiores. Los personajes se confiesan, muestran sus temores y deseos en este clima tranquilo y familiar.

El veterano cocinero-director Ettore Scola nos muestra una vez más su enorme talento para diseccionar la sociedad italiana. Acompañado por grandes actores de la escena europea, como Gassman, Ardant o Giannini, y de una magnífica música, relata varias pequeñas historias en una película coral. Y como suele pasar en muchas películas de este tipo, algunas de las historias que se pretenden contar se diluyen o flojean, errores atribuibles bien al guión, bien al montaje. Sin embargo, la película resulta un alimento realmente agradable, tanto para la vista como para el gusto.

Que aproveche.

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