Recuerdo como si fuera ayer la única vez que nos visitaron. Fue hace diez años, en plenas Fallas, en cuartos de final de la UEFA Cup. El que cobraba como si fuese el entrenador era Valdano. A los alemanes les entrenaba Huub Stevens y jugaban entre otros Lehmann, Latal, Wilmots, Max o un joven Linke, central enorme que luego jugó muchos años en el Bayern München y la Selección germana. En la ida en Gelsenkirchen perdimos 2-0 con goles de Wilmots y Linke (de cabeza, cómo no) y en Mestalla (Luis Casanova creo que se llamaba aún) empatamos a uno, siendo los autores de los goles Poyatos y Muller. El Schalke 04 terminaría ganando aquélla competición, imponiéndose al Inter Milano en la final por penalties.
Los aficionados alemanes se lo pasaron en grande por la ciudad, llena del espíritu fallero. Me impresionó vivamente ver aquélla tarde la montaña de latas de cerveza que hábían acumulado un reducido grupo de teutones en la terraza de un bar. Se les podía ver por cualquier rincón de Valencia, altos, con la cara roja y cantando a viva voz. Se lo pasaron tan bien que desde entonces anunciaron su hermanamiento con el Valencia y no han perdido la ocasión de visitar la ciudad siempre que han podido. Es por ello que para hoy se espera una gran invasión en el Cap i casal.
La historia de hoy es muy distinta. Dos equipos al límite de la eliminación de la Champions League, a ninguno les vale nada que no sean los tres puntos. Si el Valencia se clasifica tercero del grupo ya me doy con un canto en los dientes.
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1-1
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