Personalmente siento indiferencia respecto a la Navidad. No soy de los que les agradan las luces, se hartan a comprar regalos y se sienten mejores personas, ni de los que la aborrecen simplemente por llevar la contraria.
Pero sí hay algo que realmente detesto: los villancicos en el hilo musical de mi oficina. No hay nada más insoportable que estar ocho/nueve horas diarias escuchando villancicos.
Y esta mañana ha sonado el primero. ¡Argh!
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