Película semi-ficticia que adapta la historia de James Barrie, autor de “Peter Pan”, y cuyo tema es la fe en la fuerza de la fantasía. La adaptación es muy libre: hay partes reales, como la historia que cuenta el protagonista de cuando se disfrazó de su difunto hermano ante su madre, su insinuada participación en la lucha contra la censura sobre el teatro, las dificultades en su matrimonio o la tutela sobre los niños cuando se quedan huérfanos; pero otras son totalmente inventadas, como el número de hijos, que son cinco en la realidad y no cuatro, el hecho de que el padre natural de los niños estaba todavía vivo, o la escasa relación con la madre, a la que conoció mucho después que a sus hijos, y de una forma casual.
El guión es rematadamente malo, y el director, Marc Forster, se centra más en el melodrama familiar que en la interesante vida interior de Barrie, convirtiendo la película en poco más que un telefilme, ya que el resultado final es frío y da la sensación de falsedad total. La escena del estreno de la obra en el teatro debe ser una de las peor rodadas de la historia del cine. La banda sonora ganó el Oscar de forma totalmente inmerecida, pues se trata de un trabajo pasteloso y rutinario.
En favor del filme me gustó el montaje y la interpretación de Johnny Depp es magistral. El actor está muy contenido y refleja a la perfección la tristeza interna que abatía al dramaturgo.
El guión es rematadamente malo, y el director, Marc Forster, se centra más en el melodrama familiar que en la interesante vida interior de Barrie, convirtiendo la película en poco más que un telefilme, ya que el resultado final es frío y da la sensación de falsedad total. La escena del estreno de la obra en el teatro debe ser una de las peor rodadas de la historia del cine. La banda sonora ganó el Oscar de forma totalmente inmerecida, pues se trata de un trabajo pasteloso y rutinario.
En favor del filme me gustó el montaje y la interpretación de Johnny Depp es magistral. El actor está muy contenido y refleja a la perfección la tristeza interna que abatía al dramaturgo.
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