Ya desde el inicio, con los títulos iniciales, las primeras escenas, la voz en off y la música se da uno cuenta que éste no es un documental más. Dirigido por Luc Jacquet, narra las vicisitudes del pingüino emperador en su viaje anual, abandonando el acogedor mar para adentrarse en la fría llanura donde se reproducirán y lucharán para sobrevivir ellos y sus hijos.
Muy bello, sereno y astuto documental, se ve con interés y se hace cortísimo, y contiene ciertas dosis de suspense, de aventura, de comedia, de drama y de emociones, asemejándose tal vez más a una película de ficción que a un documental real.
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