Cuando en mi niñez cayó en mis manos “Old Shatterhand” jamás había oído hablar de ese libro, ni del autor, provocándome un lógico desencanto debido a mi esperanza de recibir un nuevo Conan Doyle o Jules Verne. Además se trataba de una novela del Oeste, género que mi subconsciente relacionaba indefectiblemente con las vulgares publicaciones de Marcial Lafuente Estefanía. Posteriormente me enteré que este autor había sido décadas antes célebre entre los niños de nuestro país, y que incluso había una muy difundida versión de sus historias en cómic. Y debo decir que terminé agradeciendo el regalo tras leerlo porque, sinceramente, me hechizó.
Karl May era un alemán que en el siglo XIX escribía novelas ambientadas en el Oeste americano. Tuvo una existencia agitada, cometiendo varios delitos y visitando frecuentemente la prisión hasta que se centró en la literatura. A pesar de no haber salido jamás de Alemania, lograba una perfecta ambientación y trasladaba la imaginación del lector al Oeste. El protagonista de sus novelas era un joven alemán decidido que se traslada a vivir al salvaje Oeste y logra superar con valentía todos los obstáculos que se le presentan, auxiliado por su amigo indio Winnetou.
Karl May era un alemán que en el siglo XIX escribía novelas ambientadas en el Oeste americano. Tuvo una existencia agitada, cometiendo varios delitos y visitando frecuentemente la prisión hasta que se centró en la literatura. A pesar de no haber salido jamás de Alemania, lograba una perfecta ambientación y trasladaba la imaginación del lector al Oeste. El protagonista de sus novelas era un joven alemán decidido que se traslada a vivir al salvaje Oeste y logra superar con valentía todos los obstáculos que se le presentan, auxiliado por su amigo indio Winnetou.
Novelas muy entretenidas, de las que guardo un gratísimo recuerdo, y que me hicieron cambiar la concepción que tenía del subgénero. Es una desgracia para los niños de hoy que este escritor haya caído en el olvido.
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